La crianza y la educación de los niños son tareas complejas que traen consigo preguntas difíciles: ¿cómo enseñarles a seguir normas sin caer en la imposición? ¿Cómo lograr que cooperen sin forzarlos a obedecer de manera ciega? En la crianza respetuosa, el objetivo no es criar niños que simplemente «obedezcan», sino niños capaces de pensar críticamente, tomar decisiones conscientes y trabajar en equipo. Este artículo te guiará sobre cómo fomentar la cooperación en lugar de la obediencia ciega , ya sea en casa o en el aula.

¿Qué es la cooperación y por qué es importante?

La cooperación implica que los niños participen activamente en la resolución de problemas y el cumplimiento de tareas, no porque se les ordene, sino porque comprenden su importancia y quieren contribuir. Por otro lado, la obediencia ciega implica seguir órdenes sin cuestionar, lo que puede limitar su autonomía y pensamiento crítico.

Fomentar la cooperación ayuda a los niños a desarrollar habilidades esenciales como:

  • La empatía.

  • La comunicación efectiva.

  • La capacidad para resolver conflictos.

  • La toma de decisiones responsables.

En cambio, cuando se inculca solo la obediencia, corremos el riesgo de criar niños que actúan por miedo, sin entender el «por qué» de sus acciones.

Crea una conexión emocional fuerte

Para que los niños cooperen, necesitan sentir que son valorados y respetados. Una relación basada en el respeto mutuo y el afecto es el punto de partida para fomentar la cooperación.

  • Valida sus emociones: Si un niño se siente escuchado, estará más dispuesto a colaborar. Por ejemplo, en lugar de decir “Deja de quejarte y recoge tus juguetes”, puedes intentar “Sé que no te gusta recoger ahora, al mismo tiempo es importante que mantengamos la casa ordenada. ¿Cómo podemos hacerlo juntos?”.

  • Dedica tiempo de calidad: Los niños cooperan más fácilmente cuando sienten una conexión emocional sólida con los adultos a su alrededor.

Explica el «por qué» detrás de las reglas

Los niños son pequeños exploradores del mundo y necesitan entender el propósito de las reglas que les pedimos seguir. Si las normas son impuestas sin explicación, es más probable que reaccionen con resistencia o simplemente las sigan sin comprender su importancia.

Por ejemplo:

  • En lugar de decir: “¡Siéntate y haz tu tarea porque yo lo digo!”, prueba con: “cuando crees que es el mejor momento para hacer tus tareas y también puedas jugar”.

  • Explique cómo sus acciones afectan a los demás. Decir: “Cuando gritas, lastimas los oídos de tus compañeros y es difícil para todos concentrarse” les ayuda a ser conscientes de las consecuencias.

Invita a los niños a participar en las decisiones

Los niños son más propensos a colaborar cuando sienten que sus opiniones son tomadas en cuenta. Puedes involucrarlos de varias maneras:

  • Ofrece opciones limitadas: Por ejemplo, “¿Quieres recoger primero los bloques o los libros?”.

  • Hazlos parte del proceso: Si estás estableciendo una rutina o regla, pregunta: “¿Qué te parece si intentamos esto? ¿Cómo podría ser mejor?”.

Cuando los niños tienen voz y voto, se sienten responsables de sus acciones.

Da el ejemplo de cooperación

Los niños aprenden observando. Si ven que los adultos a su alrededor cooperan, estarán más dispuestos a hacerlo también. Esto implica mostrar disposición para ayudar, escuchar a los demás y trabajar en equipo.

  • Si estás en el aula, colabora con tus estudiantes para resolver problemas juntos. Por ejemplo, “¿Qué podemos hacer todos para mantener nuestra clase ordenada?”.

  • En casa, demuéstrales cómo trabajas con tu pareja o con ellos mismos para lograr objetivos comunes.

Reconoce el esfuerzo, no solo el resultado

Cuando los niños cooperan, asegúrese de reconocer su esfuerzo. Esto refuerza la idea de que su contribución es valiosa. En lugar de decir simplemente “Buen trabajo”, sé más específico:

  • “Gracias por ayudarme a poner la mesa, lo hiciste muy bien y ahora podemos comer juntos más rápido”.

  • “Ayudó mucho a resolver el conflicto el cómo escuchaste a tu amigo cuando estaba molesto.”.

Esto no solo motiva, sino que también fortalece su autoestima.

Sé paciente y flexible

Fomentar la cooperación no es un camino lineal. Habrá momentos en los que los niños simplemente no quieran colaborar, y eso es normal. En lugar de frustrarte, busca entender qué puede estar afectándolos. Tal vez estén cansados, aburridos o necesiten algo de tiempo y espacio.

Recuerda que forzar la obediencia a través de gritos, castigos o amenazas pueden dar resultados momentáneos, pero a largo plazo daña la relación y no fomenta la verdadera colaboración.

Conclusión

El objetivo de la crianza y la educación respetuosa es criar seres humanos conscientes, autónomos y empáticos. La cooperación es un pilar esencial en este proceso, ya que permite a los niños desarrollar habilidades para la vida, fortalecer su autoestima y sentirse parte importante de un equipo. Al enfocarnos en la conexión, la comunicación y el respeto mutuo, dejamos atrás la obediencia ciega y damos paso a un ambiente donde todos puedan crecer y aprender juntos.

Con paciencia, amor y consistencia, estarás construyendo relaciones sólidas con tus hijos o alumnos y guiándolos hacia un futuro lleno de confianza y colaboración. 

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