¿Es fácil ser coherente?

A relacionarse también se aprende

La coherencia implica la alineación y consistencia entre nuestros pensamientos, emociones, palabras y acciones. Se manifiesta en la congruencia y la armonía en la forma en que nos comportamos y nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Esta cualidad esencial no solo es crucial para mantener la integridad personal, sino que también juega un papel vital en el bienestar emocional y la calidad de vida.

Cuando nuestras acciones están alineadas con nuestros valores y creencias, experimentamos una sensación de integridad y autenticidad que nutre nuestro bienestar emocional. Por el contrario, la falta de coherencia puede generar conflicto interno, ansiedad y estrés, lo que afecta negativamente nuestra salud mental y emocional.

La sociedad actual está llena de información instantánea, opiniones polarizadas y demandas cambiantes. Lo que hoy vale, mañana ya no tiene sentido. Esto provoca que cada vez más la coherencia se ha convertido en un bien escaso. Ser coherente implica mantener una alineación entre lo que se dice, se piensa, se siente y se hace, y en el mundo en el que vivimos, esto cada vez es más difícil.

  • El dilema de las redes sociales

Las redes sociales, omnipresentes en la vida cotidiana, han amplificado el dilema de la coherencia. En estas plataformas, las personas pueden construir y proyectar cuidadosamente una imagen de sí mismas, seleccionando qué aspectos de sus vidas mostrar al mundo. Este control sobre la narrativa personal puede llevar a una discrepancia entre la realidad y la representación, socavando la coherencia.

  • La presión de las expectativas sociales

La sociedad actual impone una serie de expectativas contradictorias que dificultan la coherencia. Por un lado, se exalta la individualidad y la autenticidad, animando a las personas a ser fieles a sí mismas. Y, al mismo tiempo, se espera que se adapten a las normas sociales y profesionales, lo que a menudo requiere sacrificios en la coherencia personal.

  • La velocidad de cambio y la adaptación constante

La acelerada velocidad del cambio en la sociedad contemporánea añade otra capa de complejidad al desafío de mantener la coherencia. Lo que se considera aceptable o deseable puede variar drásticamente en cuestión de años o incluso meses, obligando a las personas a ajustar constantemente sus creencias y comportamientos para mantenerse al día con las tendencias y las expectativas cambiantes.

Con más de 20 años de investigación sobre la coherencia cardiaca, el Institute HeartMath afirma que cuando hay una coherencia psíquica (mente) y fisiológica (corazón), hay un aumento de la armonía entre los sistemas cognitivo, emocional y fisiológicos, resultando en un funcionamiento armonioso de los tres en conjunto. 

Las personas estudiadas y que mantenían esta coherencia sostenida en el tiempo demostraron numerosos beneficios

  • Reducción del estrés
  • Reducción de la tensión arterial
  • Reducción de la depresión y la ansiedad
  • Mejora de la memoria a corto y a largo plazo
  • Reducción de la fatiga
  • Equilibrio hormonal
  • Mejora del sistema inmunitario
  • Regula el ritmo cardíaco
  • Aumento de la concentración
  • Toma de mejores decisiones

 

En el contexto familiar, la coherencia de los padres es fundamental para establecer un ambiente emocionalmente seguro para los niños. Los niños son extremadamente sensibles a las inconsistencias entre lo que se dice y lo que se hace. La coherencia emocional de los padres crea un entorno predecible y estable donde los niños pueden desarrollar un sentido de seguridad y confianza en sí mismos y en el mundo que los rodea.

Esta coherencia juega un papel crucial en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los niños. Cuando los padres modelan consistentemente comportamientos sociales y emocionales saludables, los niños aprenden a regular sus propias emociones, a comunicarse de manera efectiva y a establecer relaciones interpersonales positivas.

Los niños que crecen en un entorno coherente y emocionalmente seguro tienen más probabilidades de desarrollar habilidades como la empatía, la resolución de conflictos y la colaboración. Estas habilidades son fundamentales para establecer relaciones saludables y funcionar de manera efectiva en la sociedad.

Además, la coherencia en la crianza fomenta la autoestima y la autoconfianza en los niños. Cuando los niños reciben un mensaje coherente y positivo sobre su valía y capacidad, desarrollan una imagen positiva de sí mismos y se sienten más seguros al enfrentar desafíos y nuevas experiencias.

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