Poder

A relacionarse también se aprende

El otro día estaba viendo un partido de fútbol. Los jugadores eran dos adultos y un niño.

Se veía al niño totalmente entregado al juego. Iba de un lado para otro a ver si podía coger el balón.

Lo que me llamó la atención fue el juego de los adultos. Podríamos pensar que estaban jugando de tal manera que con su forma de jugar propiciaban el juego del niño pero no, todo lo contrario, estaban inmersos en su propia competición a ver quien hacía mejores toques.

Los adultos iban dando patadas al balón y mientras el niño iba de un lado a otro tratando de conseguir el preciado objeto y poderlo tocar también.

¿Qué fue lo que les llevó a los adultos a tener este comportamiento? Podían.

Poder es tener la facultad de hacer algo, tener más fuerza que alguien. 

También podemos definirlo como la capacidad de influir en otra persona. El poder es neutro y al mismo tiempo el uso que hagamos de él lo convertirá en algo constructivo o destructivo.

Es a través del poder cómo ejercemos la violencia.

Las formas básicas de poder son:

  • El afecto
  • La autoridad
  • La fuerza
  • Las diferencias transformadas en desigualdades

En este caso los adultos contaban con el afecto, la autoridad y desde luego la fuerza.

Se olvidaron del objetivo que era pasar un buen rato y acompañar al niño en mejorar su juego y se centraron en sus propias necesidades. ¿Cuál de los dos jugamos mejor?

Si en un juego donde lo que pretendemos es pasárnoslo bien, somos capaces de dejar de ver al niño que está jugando con nosotros para centrarnos en nuestras propias necesidades. ¿Qué no dejaremos de ver cuando no estamos en un ambiente relajado y distendido, divirtiéndonos?

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